En estos días de cuarentena obligatoria han proliferado los videos de entrenamientos y rutinas dentro del hogar, pero hay una faceta de todo este proceso que no ha sido atendida de igual modo, y es la faz mental de los jugadores. María Victoria Trumper, especialista en psicología deportiva explicó las consecuencias de esta reclusión y cómo poder afrontarlas de la mejor manera.
En estos primeros días de la cuarenta se han visto trastocadas las rutinas y todos debieron recluirse. Esta situación ha generado un estado de ansiedad e incertidumbre general. En el caso de los deportistas en general, y especialmente en los rugbiers, truncó el inicio de las competencias oficiales para las cuales venían trabajando en pretemporada durante varios meses, y los obligó a modificar su rutina y encontrar nuevas maneras de afrontar esta situación.
La psicóloga deportiva contextualizó la situación actual, “esta pandemia dispara estados de ansiedad. Como respuesta natural al elevado nivel de incertidumbre todos mantenemos una captación ansiosa que nos prepara frente a una amenaza nueva y desconocida”.
“Es probable que estemos sintiendo: miedo, frustración, enojo, ambivalencia, desorganización, aburrimiento, tristeza, sentimientos de soledad, sensación de encierro. Y, tendremos pensamientos asociados a estas emociones”, ahondó.
Pero a su vez, explicó que los deportistas están en una situación de privilegio para afrontar esta crisis al contar con las siguientes características:
- Tienen disciplina. Conocen el valor de las rutinas.
- Conocen el valor del rendimiento por sobre los resultados. Pueden esperar el tiempo de los procesos.
- Tienen una buena condición física: Están entrenados. En general están acostumbrados a llevar una buena nutrición y una correcta hidratación.
- Fortaleza mental.
Los deportistas, y especialmente los rugbiers, explicó: “Tienen desarrollada, aunque sea intuitivamente, muchas actitudes que son indispensables para el juego: atención, concentración, conducta, control, confianza, compromiso, Las consecuencias a nivel mental serán múltiples y tendrán que ver con la capacidad de adaptación”.
“Habrá deportistas que saldrán fortalecidos por la sensación de tener herramientas para afrontar la adversidad y que seguramente podrán ser sostén de su grupo social de pertenencia, y habrá otros que tendrán que recibir ayuda de su entorno familiar, social o de profesionales en el caso que la no pueda ser controlada”, afirmó.
Frente a esta situación de incertidumbre, zozobra y falta de marcos regulatorios se ha hecho hincapié en la preparación física o el mantenimiento para el retorno al juego, pero la faz mental no ha sido destacada de igual modo. Trumper, explicó: “La pregunta de por qué lo mental siempre aparece en último lugar es un clásico. Sin embargo, en el último tiempo los psicólogos que nos dedicamos al deporte hemos ampliado mucho las fronteras laborales. Muchas veces silenciosamente. Aún hay prejuicios respecto a la psicología y su campo de acción en el plano deportivo”.
Al ser consultada sobre recomendaciones para los deportistas frente a esta situación detalló:
- Mantener los horarios de sueño.
- Mantener los ciclos del día. Aunque no se pueda salir de la casa es importante no permanecer con la ropa de dormir. Evitar la sensación de discontinuidad y así poder organizar los ciclos del día.
- Hacer una rutina periódica de ejercicios físicos. En general todos los clubes han previsto rutinas para sus jugadores a cargo de sus PF.
- Alimentarse bien y mantenerse hidratados. Respetar horarios de ingesta.
- Exponerse a luz solar siempre que sea posible.
- Mantener las redes sociales de contención emocional: familias, amigos, equipo.
- No sobreexponerse a noticias y chequear fuentes confiables.
- Proponerse aprender algo nuevo a través de tutoriales o cursos on line.
- Ser considerado con uno mismo y con los estados emocionales teniendo en cuenta que los cambios de rutina tan abruptos, la incertidumbre y la amenaza de la pandemia afecta nuestro estado emocional por más saludables que seamos. Considerar que esto mismo le ocurre a los demás, por lo tanto ejercitar la tolerancia con nosotros mismos y con los demás.
- El cambio implica desarrollar conductas flexibles y adaptativas con la finalidad de afrontarla positivamente.